- ¿Dónde está nuestra esperanza en este tercer domingo de Adviento?
- ¿En qué se basa nuestra alegría?
Este domingo es llamado el domingo de la alegría, porque ya estamos acercándonos a la Navidad. En latín se conoce como Gaudete, que significa “alegría” o “regocíjense”. El verdadero gozo consiste en el nacimiento del Salvador, siendo este nacimiento la causa profunda de nuestra alegría. A veces perdemos mucho tiempo en las tiendas, comprando regalos, sin siquiera darnos cuenta de que el tiempo pasa y se va sin provecho alguno para nuestra alma. Miremos al cielo, de donde nos llega la esperanza y la gracia. Ahí es donde está Dios.
El Evangelio nos narra que Juan estaba en la cárcel y quería saber si era verdad lo que había escuchado sobre Jesús. La respuesta para Juan fue la siguiente: "Vayan y cuéntenle a Juan lo que ustedes están viendo y oyendo: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos
quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan, y una Buena Nueva llega a los pobres" (Mateo 11:5).
Con esta respuesta, Juan quedó lleno de esperanza, seguro de que el Reino de Dios ya estaba presente.
Juan predicaba la conversión, un cambio de mentalidad radical, válido tanto entonces como ahora. Para nosotros, la venida del Salvador es un hecho seguro y esperanzador. Sin embargo, solo los pobres de espíritu logran visualizarlo en el horizonte de la Navidad. Aguardemos con paciencia los regalos de la gracia de Dios: la paz y el amor entre nosotros, que tanto necesitamos.
¡Ven, Señor Jesús!
Gospel Reflection
When I was 11, I was riding my bike on
a Friday night in Scottsdale, Arizona. I
saw giant spotlights swirling in the sky.
Something amazing had to be happening.
I pedaled after them with excitement. Sweaty and tired, I arrived, only
to find a used car lot. Bright lights, flapping banners, inflatable balloon men
swaying wildly in the wind. I stood
there, heart sinking. All that spectacle,
and all my effort … for this?
As life proceeds, we learn what it is like
to pursue promising but fruitless
searches. This week we hear Jesus ask
the crowds regarding John the Baptist:
What did you go out to the desert to
see? A reed swayed by the
wind?wind?” (Matthew 11:7).
He s not just describing the crowd s mis mis-aimed pursuit. He s naming our tendency to chase
after what s flashy but flimsy.
What are our swaying reeds?
For me, it
is endless video reels on my phone,
worldly pleasures, entertainment in
sports, and the good opinion of others.
Inflated distractions that bend whichever way the wind blows. But they can t
satisfy my soul. What are your flimsy
reeds?
John the Baptist wasn
t a swaying reed.
He was rooted, grounded, unafraid to
speak the solid truth. The people went
to see him because, deep down, they
were starving for something real.
This Advent, the Church asks us to reassess:
- What are we really looking for?
- Are we chasing the dazzling but hollow?
- Or are we seeking what is solid and lasting that which points to Christ?
— Father John Muir